martes, abril 18, 2006

Violencia gubernamental en Nepal


Amnistía y HRW piden a Nepal que pare la violencia contra civiles y restaure la democracia
Las marchas convocadas por siete partidos de oposición y respaldadas por miles de personas durante los últimos días han sido contestadas por el Gobierno nepalés con represión. Los manifestantes piden al rey que promueva la democracia.

Silvia Torralba / Redacción Canal Solidario(17/04/2006)

El 1 de febrero de 2005, el rey de Nepal decidió de manera unilateral disolver el Gobierno que había sido elegido democráticamente por la población, asumir todos los poderes e instaurar un régimen autoritario. La razón que argumentó en ese momento el rey Gyanendra fue la de llevar la calma al país, que desde hace una década vive un conflicto armado que enfrenta a las fuerzas armadas y a los grupos maoístas liderados por el Partido Comunista de Nepal.Regentado por una monarquía absolutista hasta 1990, Nepal ha disfrutado pocos años de las libertades civiles. La guerra civil se inició en 1996 después de que el Gobierno desestimara las propuestas de cambio del Partido Comunista de Nepal, que optó por la vía de las armas. En los últimos años las guerrillas maoístas, que piden mayor igualdad social y menos privilegios reales, están presentes en más de la mitad del país.En las últimas semanas, el Partido Comunista de Nepal junto a otros seis partidos de la oposición han convocado manifestaciones pacíficas para pedir al monarca el restablecimiento de la democracia, unas concentraciones que han sido respaldadas por miles de ciudadanos.
La respuesta de las fuerzas armadas a todas estas movilizaciones ha sido reprimir a los manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma, restringir aún más la libertad de prensa y expresión, decretar el toque de queda en ciudades como Katmandú y registrar las casas de la población.En total, las organizaciones locales de derechos humanos hablan de un millar de personas heridas y denuncian la detención de decenas de personas y la muerte de cuatro civiles. Según Amnista Internacional, el Gobierno nepalés está haciendo “un uso excesivo de la fuerza” y “restringiendo manifestaciones pacíficas con toques de queda y arrestos arbitrarios de cientos de personas que sólo pueden encender los ánimos de la población”.Desde Amnistía Internacional acusan a las fuerzas de seguridad de “entrar en las viviendas de la gente, asaltar a los residentes, destruir propiedades y detener a civiles”. El Gobierno, sin embargo, afirma que los registros se llevan a cabo para encontrar a terroristas que se han infiltrado en las casas de las personas que se manifiestan a favor de la democracia.Tímida reacción de la comunidad internacionalLas protestas para exigir la restauración de la democracia en Nepal comenzaron el pasado 6 de abril con el llamamiento de siete partidos de la oposición a llevar a cabo cuatro días de huelga general. Pero la respuesta violenta del Gobierno ha empujado a los manifestantes –entre los que destacan periodistas, profesores, escritores y estudiantes- a seguir saliendo a la calle.Mientras tanto, la comunidad internacional reacciona a todos estos hechos de manera lenta y tímida. En un llamamiento para el diálogo entre el Gobierno de Nepal y los grupos maoístas, el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, ha recordado al rey Gyanendra que “aunque el imperio de la ley y el orden son responsabilidad del Estado, las medidas de seguridad no deben negar a los ciudadanos su derecho a protestar pacíficamente”.En un breve comunicado, la Unión Europea ha ratificado estas palabras y ha instado al mocarca nepalés a dialogar con todas las fuerzas políticas de manera “urgente” para “resolver los problemas actuales mediante la restauración de la democracia”.Un conflicto que ha dejado 13.000 muertosPor su parte, organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW) exigen al Gobierno de Nepal el cese de la violencia y compensaciones para las víctimas de estos últimos días. Asimismo, en un informe sobre la realidad de los derechos humanos en este país, Human Rights Watch insta a la comunidad internacional para que presione y exija al rey Gyanendra que proteja a la población civil del conflicto armado que vive el país.Según HRW, el miedo forma parte ya de la vida cotidiana de muchas personas en Nepal, a causa de un conflicto que se ha cobrado 13.000 vidas, que ha empobrecido aún más a la población y que ha convertido a muchos niños y niñas en soldados.
Tanto las fuerzas de seguridad como los grupos maoístas realizan bombardeos aéreos de manera indiscriminada sobre zonas civiles y los secuestros y abusos de la población continúan, afirma Human Rights Watch.Naciones Unidas, por su parte, advierte que las violaciones de las leyes humanitarias internacionales se han agudizado de manera alarmante en los últimos dos meses debido a los ataques de los rebeldes a las ciudades y las acciones de la policía sin distinguir entre grupos armados y población civil. Este empeoramiento del conflicto está relacionado con el cese del alto el fuego que durante cuatro meses decretaron los maoístas y que el Gobierno no aceptó en su momento.En esta línea, durante las próximas semanas la situación podría calmarse tras el anuncio de hace unos días del Partido Comunista de Nepal de suspender sus actividades militares en el valle de Katmandú. La ONU, de momento, ya ha pedido a los grupos maoístas que tomen las medidas necesarias para cumplir estos compromisos.

Más información:Informe de Human Rights Watch sobre la situación actual en NepalWeb de Amnistía InternacionalPortal de información Nepalnews.comLa inestabilidad en Nepal obliga a cerrar proyectos de Global Humanitaria en el país, según la web de la ONG

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