martes, julio 31, 2007

Segundo rehén surcoreano asesinado por los talibán

FUE ENCONTRADO EN LA CUNETA DE UNA CARRETERA EN EL ÁREA DE ORZO
Medios surcoreanos identifican a la víctima como Shim Sung-min, de 29 años. El grupo talibán lanza otro ultimátum para mañana a las 12.00 (hora de Afganistán). Ejecutará a otro rehén si las autoridades no liberan a varios presos insurgentes.

AGENCIAS

KABUL.- Las autoridades afganas encontraron a primera hora de la mañana el cadáver acribillado a balazos de Shim Sung-min, el rehén surcoreano cuya ejecución reivindicó horas antes el grupo de secuestradores talibán, informaron fuentes de la policía.
El grupo de guerrilleros afganos, que el 12 de julio secuestró a 23 surcoreanos, ya había asesinado a otro el pasado miércoles. Los captores cumplen así el ultimátum en el que exigían la liberación de varios presos insurgentes.
"Matamos a disparos a un rehén varón porque el Gobierno no escucha nuestras demandas", declaró por teléfono a la agencia Reuters el portavoz Qari Mohammad Yousuf. Además, lanzaba una amenaza directa al resto: "La vida de los otros coreanos está en peligro".
Horas más tarde llegó la confirmación. El cuerpo del surcoreano fue hallado a primera hora del martes en el área de Orzo, en la zona oriental de la provincia de Ghazni, y está siendo trasladado a Kabul, dijo el jefe de la Policía provincial, Alishah Ahmadzai. Los medios surcoreanos identificaron a la víctima como Shim Sung-min, de 29 años.

El último plazo dado por los talibán para el canje de presos insurgentes por los rehenes en su poder expiró el lunes a las 13.30 hora española. Habían señalado previamente las 9.30 como hora tope para el canje de los rehenes por sus correligionarios encarcelados, para lo cual habían entregado el sábado a las autoridades una lista de ocho personas.

Nuevo ultimátum

El movimiento insurgente talibán ha fijado para el miércoles a las 07.30 GMT (las 9.30 en España) como plazo para seguir ejecutando rehenes, dijo un portavoz talibán después de ser encontrado el cadáver de la segunda víctima.
"Si la administración de Kabul y el Gobierno de Corea del Sur no dan una respuesta positiva a nuestra petición de liberar a los prisioneros talibnes para mañana a las 12.00 (hora local), entonces empezaremos a matar a otros rehenes", declaró Qari Mohammad Yousuf a la agencia Reuters.
El Gobierno de Corea del Sur confirmó la muerte del segundo rehén, según informó la agencia Yonhap. "Confirmo el asesinato de Shim Sung-min, secuestrado en Afganistán", dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores surcoreano, Cho Hee-yung.
En una rueda de prensa, el portavoz surcoreano condenó enérgicamente el "asesinato sin piedad" del misionero de 29 años, que se produjo a pesar de los esfuerzos de cooperación con el Gobierno afgano para lograr la liberación de los rehenes. Corea del Sur urgió al grupo armado a que suelte de forma inmediata a sus ciudadanos secuestrados hace 13 días en Afganistán.
Shim Jin-Pyo, padre del segundo rehén asesinado, tras conocer la noticia. (Foto: AFP)
Los 23 voluntarios cristianos surcoreanos, entre ellos 18 mujeres, fueron secuestrados el 19 de julio por los talibanes, que exigieron la retirada de las tropas surcoreanas de Afganistán y la excarcelación de presos talibán a cambio de la liberación de los rehenes. Se trata del mayor secuestro hasta la fecha de un grupo de extranjeros en Afganistán.
El pasado miércoles ejecutaron a uno de los surcoreanos, Bae Hyung-kyu, de 42 años, cuyos restos mortales llegaron este lunes a Seúl. Ese mismo día el Gobierno de Corea del Sur hacía público que descartaba el uso de la fuerza para liberar a los 22 rehenes que quedaban con vida, según informó la agencia surcoreana Yonhap. El sábado, el viceministro de Interior afgano, Munir Mangal, había dicho que en caso de no encontrar una solución pacífica para liberar a los secuestrados se podría acudir al uso de la fuerza como último recurso.
Este domingo, el presidente afgano, Hamid Karzai, calificó de "vergonzoso" y "contra-islámico" el secuestro, durante su esperada reunión con el secretario presidencial para Seguridad y Relaciones Exteriores surcoreano, Baek Jong-chun, en la cual hizo sus primeras declaraciones sobre el caso.
Baek, enviado especial desde Corea del Sur, se reunió con Karzai a puerta cerrada, con el propósito obvio de discutir la liberación de los rehenes y pedirle, según la agencia coreana de noticias Yonhap, "flexibilidad". La agencia Yonhap afirma que se mantiene una estrecha coordinación con otros países aliados en Afganistán, incluido Estados Unidos.
La Misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) ha expresado este lunes su preocupación por las vidas de los secuestrados. "Estamos extremadamente preocupados por la seguridad y el bienestar de todos aquellos rehenes, sobre todo porque muchos de ellos son jóvenes mujeres que han venido a Afganistán a ayudar a la gente", dijo a los periodistas una oficial de prensa de la organización, Nilab Mobarez.

sábado, julio 21, 2007

"El Jueves", intervenido judicialmente


Increíble, intolerable, incomprensible.

Zapatero ¿republicano? Qué lástima.

lunes, julio 16, 2007

Una buena noticia...

Café de tres religiones

CRISTINA BARCCI 12/07/2007

La crisis del café de 1999, que provocó la superproducción de Brasil y Vietnam, unió lo que Idi Amin había separado (persiguió a la comunidad judía y sus rituales). Ese mismo año, el líder de la comunidad judía Abudaya, minoritaria en la región de Mbale, J. J. Keiki (primer músico ugandés nominado para un premio Grammy), decidió movilizarse y visitó casa por casa a todos sus vecinos cafeteros, sin pensar en la posible incompatibilidad de sus credos (judíos, católicos y musulmanes), hasta lograr la unión de todos en un propósito único: crear una cooperativa agrícola que se ha convertido en única en la historia de Uganda y tal vez de África. Su logotipo: una cruz, una media luna y una estrella de David.
"Pertenecemos a distintas religiones, tribus y hablamos distintas lenguas, pero conseguimos trabajar juntos". "La religión es cuestión de elección. La paz es dulce. Escogerla es lo mejor que te puede pasar si sigues esta vida".
La exportación de café es la piedra angular sobre la que descansa, casi enteramente, la economía exterior de Uganda; pero la mayoría no procede de latifundios, sino de decenas de miles de familias de campesinos a pequeña escala que, hasta la aparición de la primera cooperativa de comercio justo, percibían una parte ínfima de los beneficios. Mirembe Kawomera (Paz Deliciosa), el primer café ugandes de comercio justo que se asienta en el mercado norteamericano, ha roto con ese molde. "Lo más extraordinario es que, aunque los precios del mercado bajen, el acuerdo de comercio justo es permanente, lo que asegura el rendimiento de cada cosecha de cada familia cada temporada", dice una de las beneficiarias de la cooperativa.
A los pies de un volcán extinguido, el Monte Elgon, en la frontera noreste de Uganda con Kenia, se extienden las fértiles tierras de sus laderas. Los escasos visitantes internacionales que recorren esta ruta, muy próxima a donde la guerrilla utiliza a niños y niñas soldado, se encuentran con los parajes menos visitados del país y también con una sociedad insólita de 25.000 personas en la que existen 25 mezquitas, 22 iglesias y 2 sinagogas. Ellos han hecho realidad lo que muchos otros predican: que personas que pertenecen a las tres religiones más litigantes del mundo hayan constituido una cooperativa primero económica y luego interreligiosa, humanista y sostenible en la que reina la armonía.
Las pequeñas plantaciones se pueden observar desde lo alto como si se tratara de una manta de patchwork extendida en el territorio. Cada familia suma su cosecha a esta producción artesanal que, de momento, sigue siendo limitada, ya que la cooperativa sólo cuenta con ocho despulpadoras manuales. Pero el florecimiento de su actividad les permite mirar el futuro con esperanza y aspirar a poder comprar algunas despulpadoras más que les permitan llegar a producir unas 34 toneladas por temporada. Fuera del periodo de cosecha, la vida de la comunidad es placentera y sosegada. Niños de las tres religiones comparten su tiempo de ocio paseando o jugando al fútbol, y la zona irradia una tranquilidad inusitada que no hace pensar que esté ocurriendo algo especial.
Kabala Stephen tiene 68 años y recuerda que en su juventud pudo crecer libremente sin prejuicios religiosos. Kabala es el vicepresidente de la cooperativa y se encarga del almacén, donde muestra orgulloso los pocos sacos que le quedan de la cosecha anterior: "¡Apenas queda nada, todo vendido". Fue ingeniero en el pasado, es cristiano y no tiene problema en que sus hijos se casen con vecinos de otro credo. "Todos hemos sido creados por el mismo Dios y todos pertenecemos a la raza humana. Estar enfrentados no tiene ningún sentido". Posa en la sinagoga frente a su almacén con Athalia y su bebé, ambas judías, y un joven musulmán, Katerega Alamanzani.
Katerega quiere hablar, con una mezcla de orgullo e impaciencia, de la macropolítica internacional: "No sabemos por qué lo que hemos logrado aquí no ocurre más a menudo en el mundo. Además de las tres religiones, pertenecemos a distintas tribus y hablamos distintas lenguas..., pero conseguimos trabajar juntos". "Oriente Próximo, Somalia..., todos tienen problemas religiosos, que nosotros no entendemos ni compartimos", continúa Kabala. "Mi recomendación personal es dejar de lado los enfrentamientos. Creemos en el desarrollo de nuestro movimiento cafetero y en el cese del enfrentamiento entre las religiones que aquí representamos. No es fácil, pero se puede conseguir. Nuestra experiencia demuestra que se puede crear otra realidad amándose los unos a los otros. No entendemos que los que están en guerra se llamen creyentes y no cumplan ese mandato. Trabajar, jugar, planificar juntos como una familia no es tan difícil".
Richard Mangali es un trabajador social de una ONG vecina, la Fundación para el Desarrollo de Comunidades Necesitadas (FDNC). Acude tres veces por semana con enfermeros y trabajadoras sociales que educan en prevención de sida y otras enfermedades: "Esta gente es muy interesante. El estrés no existe entre ellos, su integración y cohesión es excepcional. Cuando anunciamos una visita médica aparece el 70% o el 100% de la población, mientras en el resto de la región sólo acude un 20%, y se trata de población femenina exclusivamente. En las comunidades tribales es muy difícil hacer el test del sida, sus políticos nos piden algo a cambio para empezar. Aquí lo que reclaman es que les eduquemos para, a su vez, movilizar a los suyos, y eso se debe a la unificación religiosa y al proyecto comunitario".
Para el jefe de Richard, el californiano Justin Silbaugh, director ejecutivo de FDNC, Abudaya es el gran ejemplo de lo que comunidades rurales en el mundo en desarrollo pueden conseguir cuando son capaces de olvidar sus diferencias. "El modelo agrario interreligioso es uno de los que más fácilmente se pueden transferir a otras comunidades de todo el continente africano, donde las tensiones entre cristianos y musulmanes son tan fuertes. Esta comunidad es como un faro en un mundo que parece haber perdido su camino".
En otra aldea cercana, Siriri Israel, director de la escuela judía de primaria y secundaria, muestra orgulloso las instalaciones y cómo con el excedente de presupuesto escolar (que proviene de la cooperativa) está abasteciendo de agua y asistiendo con una clínica a la población más cercana. "Los niños de otras culturas vienen porque aquí no importa la religión, sino la actitud. Es el mismo baremo que aplicamos a la selección de profesores. Los contratamos por su valía, nunca hemos pensado que un católico no puede enseñar o trabajar con un musulmán. Los padres nos eligen porque aquí respetamos la oración de cada uno y por nuestras relaciones en el entorno".
J. J. Keiki, el fundador de la cooperativa, asiste en Kampala a una reunión de músicos: "Empecé a vender la idea del café comunitario en 2003, y en 2004 mi sueño se había realizado". La herramienta que inspiró a la gente fue la música. Desde los años noventa compongo canciones que son llamadas a la paz y al amor. La buena marcha económica de la cooperativa contribuye a mantener este espíritu bien alto. Si te fijas, en todos los libros sagrados hay versos satánicos, de persecución a quien es diferente. Nosotros nos concentramos en lo que nos une y no en lo que nos separa".
"La religión es cuestión de elección, como si comes carne o matoke [plato local vegetariano]. La paz es dulce. Escogerla es lo mejor que te puede pasar si decides seguir ese tipo de vida", comenta Khabala Joseph, el administrador de sonrisa permanente. "Quien bebe nuestro café también recibe el dulce gospel de la paz", concluye el músico J. J. Keiki.

jueves, julio 05, 2007

La Comisión de Ayuda al Refugiado denuncia

El Gobierno español 'podría haber evitado' el sufrimiento de los 23 inmigrantes del Marine I

EL MUNDO - 04/07/2007

MADRID.- La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha asegurado que el Gobierno podría haber evitado "un sufrimiento innecesario" a los 23 inmigrantes del buque Marine I que han permanecido detenidos en Nuadibú (Mauritania) durante cuatro meses y medio.
CEAR recuerda en una nota de prensa que esas 23 personas fueron rescatadas a principios de febrero, junto con otras 346 personas del Marine I, por un barco de Salvamento Marítimo español y que no se acogieron al retorno voluntario por manifestar temor a regresar a su país.
Durante estos meses, CEAR, junto con Médicos del Mundo y Amnistía Internacional, ha expresado en repetidas ocasiones la necesidad de que estas personas tuvieran acceso al sistema de asilo con todas las garantías, puesto que existían indicios suficientes para justificar un examen en profundidad de cada caso.
De hecho, subraya esta ONG, después del examen realizado en los últimos días por una misión internacional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), una persona ha sido considerada como refugiada y otras nueve están pendientes de un estudio más pormenorizado de su caso.
"En el caso de que el resto del grupo fuera repatriado a Pakistán, existe el temor a que puedan ser sometidos de nuevo a privación de libertad al aplicárseles la legislación que castiga la inmigración ilegal", advierte CEAR. Por ello, esta ONG solicita al Gobierno español que explique qué garantías va a adoptar para prevenir cualquier represalia contra estas personas.

¿Detención ilegal?

A juicio de CEAR, el Ejecutivo debería haber resuelto esta situación durante las primeras semanas en los términos previstos por nuestra legislación.
Finalmente, esta organización de ayuda a los refugiados destaca que coincide con Médicos del Mundo en que esta situación es consecuencia directa de la privación de libertad y de la gestión deficiente, desde el punto de vista de los derechos humanos, de la crisis del Marine I.
"Estas personas han estado detenidas durante todo este tiempo en Nuadibú (Mauritania), los primeros 90 días custodiados por la Policía española y la gendarmería mauritana, sin haber sido informadas de los motivos de su detención y sin haber sido acusados de ningún delito", concluye.

lunes, julio 02, 2007

Traáfico de personas

El sueño de unos 40.000 indonesios termina cada año en la pesadilla de la esclavitud. Las víctimas, la mayoría mujeres, son llevadas a Malasia, Omán o Arabia Saudí. Las causas del problema son la corrupción de la Policía y los funcionarios

ANA CÁRDENES (EFE)

YAKARTA.- Más de 40.000 indonesios salen anualmente de su país con el sueño de encontrar una vida mejor y un trabajo para mantener a sus familias, pero acaban convertidos en esclavos tras caer en las redes de traficantes de personas.
"El precio por el que son vendidos depende de la edad", ha explicado el coordinador de la ONG indonesia Migrant Care, Wahyu Susilo, quien ha añadido que un traficante puede obtener por una mujer joven unos cinco millones de rupias (alrededor de 500 dólares).
Susilo ha indicado que la mayoría de las víctimas son mujeres, algunas de las cuales son sacadas de Indonesia para entrar a formar parte de las redes de prostitución en países de Asia y Oriente Medio, mientras otras son explotadas y maltratadas como empleadas domésticas.
A su juicio, el Gobierno indonesio sólo contempla la emigración desde un punto de vista meramente económico, pues "quieren las remesas pero no se encargan de proteger a sus ciudadanos", ha denunciado el activista.
Según datos de Migrant Care, el 65% de los que salen de Indonesia lo hacen con pasaportes falsos, lo que les hace aún más vulnerables al maltrato y al trabajo forzado.
"Nos consta que al menos 35.000 personas son sacadas cada año del país por las redes de tráfico humano, pero creemos que eso sólo es la punta del iceberg", explica Susilo.

Las causas del problema

Respecto a las cifras que manejan las fuerzas de seguridad, un policía especializado en el tema que ha pedido no ser identificado asegura que ese tráfico humano afecta cada año en Indonesia a entre 40.000 y 50.000 personas que son llevadas a Malasia, Omán o Arabia Saudí".
Todas las ONG apuntan como principales causas del problema a la corrupción de la Policía y los funcionarios de la Administración.
"En un pueblo de Sukabumi (Java Occidental) tan sólo hay 8.500 habitantes, y sin embargo emiten 15.000 pasaportes todos los meses, es obvio que ahí hay mafias trabajando", ha precisado Susilo.
Lo mismo ocurre en la localidad de Lukukan, cercana a la frontera de Malasia, donde únicamente residen 100.000 personas pero cada día se obtienen 33.000 pasaportes.
Una vez fuera de Indonesia, los patrones quitan a sus trabajadores sus documentos, les aíslan y no les permiten llamar a sus familias, y a partir de ese momento quedan convertidos en esclavos. Pocos regresan, y según las ONG, los que lo consiguen llegan en pésimas condiciones físicas y psicológicas, y con enfermedades de transmisión sexual, en algunos casos.

Dramáticas imágenes

La fragilidad y falta de protección de los emigrantes indonesios quedó recientemente de manifiesto con las dramáticas imágenes de Ceriyati Dapin, una mujer contratada como empleada de hogar en Kuala Lumpur (Malasia) que se escapó por la ventana de un edificio de 15 pisos con una cuerda hecha con sábanas anudadas.
Ceriyati, que presentaba una extrema delgadez, logró descender sólo tres pisos con su improvisada cuerda, pero fue suficiente para separarla del infierno en que habitaba desde hace seis meses, con una patrona que le pegaba, no le daba de comer y llegó a atacarle con un cuchillo. Alrededor de 1.200 empleadas de hogar indonesias huyen cada mes de sus patrones a causa de abusos, condiciones de trabajo pésimas o impago de sus salarios en Malasia, un país que alberga a más de un millón de emigrantes de la nación vecina.
Robert Barlow, asesor legal del Departamento de Justicia de EEUU que dirige un programa de formación de la Policía indonesia para luchar contra el problema, ha indicado: "No sabemos exactamente cuánta gente es 'vendida' cada año en Indonesia, pero calculamos que alrededor del 30% de los que emigran caen en las redes de los traficantes".
Pero además, "hay muchos más que son comprados y vendidos para trabajar dentro del país", donde la compraventa de seres humanos ya genera más dinero que el tráfico de drogas, ha afirmado el experto estadounidense.