domingo, enero 11, 2009

CONTRA LA MASACRE EN GAZA

Protestas en todo el mundo contra la masacre en la Franja de Gaza

10/01/2009 21:11 (CET)
AGENCIAS
MADRID.- Con más de 800 palestinos muertos, los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza entran en su tercera semana. Con este panorama, ciudadanos de Paraguay, Alemania, Londres, Egipto, Grecia, España... han convocado distintas manifestaciones para condenar los ataques de Israel y pedir un alto el fuego. En algunas de las manifestaciones se han producido choques con la policía.
España
Al grito de "Palestina vencerá", actores, políticos, escritores y representantes sindicales han hecho un llamamiento a participar en la manifestación del domingo convocada en Madrid para condenar los ataques israelíes en Gaza y exigir al Gobierno que intervenga en imponer un alto el fuego. El ex director de la UNESCO Federico Mayor Zaragoza y la actriz Carmen Machí han leído una declaración en la que se condena la "inhumana" acción militar de Israel en Gaza. El texto tacha de "inaceptable" que el Gobierno israelí haya aducido el lanzamiento de cohetes por Hamas contra la población israelí para justificar su "mortífera" intervención en Gaza.
Por su parte Varios miles de personas se manifiestan por el centro de Barcelona reclamando el fin de la ofensiva militar en Gaza y el boicot a Israel en respuesta a la convocatoria realizada por un centenar de entidades cívicas catalanas. La manifestación, que ha arrancado a las 17.15 horas de la plaza Universitat de Barcelona, se dirige a la plaza Sant Jaume, donde el cantante Lluís Llach leerá un manifiesto conjunto de las entidades que han llamado a participar en la protesta como la Plataforma Aturem la Guerra, la Comunidad Palestina de Cataluña y la Campaña con Palestina en el Corazón.

Diversas banderas israelíes fueron quemadas durante las manifestaciones contra la ofensiva del Ejército israelí que tuvieron lugar en varias ciudades de Italia.
De todas las manifestaciones, la de Milán (norte de Italia) fue la más numerosa, con varios miles de personas, según los medios de comunicación locales.
"Israel, terrorista" o "Israel, via, via, Palestina terra mia" ("Israel, fuera, fuera, Palestina es mi tierra") eran algunos de los lemas que se pudieron leer en las pancartas de los manifestantes, que quemaron telas con la estrella de David impresa.
En Londres se reunieron más de 10.000 personas. Algunos de los participantes lanzaron zapatos contra la policía, quemaron carteles e intentaron traspasar las barreras de seguridad.
Según cifras de la policía, 12.000 personas estuvieron presentes en la marcha desde Hyde Park a la embajada israelí, mientras que los medios hablaron de decenas de miles.

También se reunieron decenas de miles de personas en París. Mientras los manifestantes hablaron de 100.000 participantes, la policía no dio cifras. La acción había sido convocada por el 'Colectivo para la Paz Justa y Duradera entre Israelíes y Palestinos', una asociación de varios grupos de lobby, sindicatos y partidos de izquierda.
El 3 de enero ya se habían reunido en París unas 21.000 personas para pedir que vuelva la paz, y se registraron incidentes violentos. Muchos de los manifestantes iban ataviados con el clásico pañuelo palestino y gritando "todos somos palestinos", "Israel asesino" y "paz". Algunos arrojaron piedras a la policía y quemaron banderas israelíes.

Más de 40.000 personas, según fuentes policiales, se han sumado a los actos convocados en distintas ciudades de Alemania para protestar contra la intervención israelí en la Franja de Gaza.
El acto más concurrido reunió en la ciudad de Duisburgo, en la occidental Cuenca de Ruhr, a más de 10.000 personas, que acudieron a la convocatoria de la 'Comunidad Islámica Milli Görüs' (IGMG), formada por turcos y considerada radical por las autoridades alemanas.
Convocada por la 'Iniciativa de Maguncia para la paz en Gaza', los organizadores del acto exigieron del Gobierno alemán que reclame a Israel el respeto del derecho internacional y que acate las resoluciones de la ONU.

Decenas de miles de personas en todo Egipto salieron a las calles tras la oración del mediodía del viernes para condenar la operación militar israelí contra la Franja de Gaza, según fuentes de seguridad y de los Hermanos Musulmanes.
Las mayores concentraciones han tenido lugar en la ciudad de Alejandría, la segunda ciudad del país, donde miles de personas han condenado los ataques y han criticado a Israel, a Estados Unidos y a los regímenes árabes, a los que han calificado de "agentes (de Israel) y traidores".
Según fuentes de seguridad, las concentraciones se han celebrado a pesar de las medidas de seguridad impuestas en las principales ciudades del país para evitar cualquier tipo de protesta.
Los participantes respondían a una convocatoria lanzada por los Hermanos Musulmanes, segunda fuerza política del país, que apoyan a Hamas y que mostraron su rechazo a la iniciativa franco-egipcia para establecer una nueva tregua.

Miles de estudiantes de universidades y centros de secundaria, docentes y trabajadores participaron el viernes en una manifestación en Atenas, contra los bombardeos israelíes en Gaza prendieron banderas de Israel y EEUU, informaron los medios locales.
La manifestación antibélica, organizada por estudiantes afiliados al partido comunista y por trabajadores, se dirigió hasta las embajadas de EEUU y de Israel, en el centro de Atenas.

Miles de palestinos en Cisjordania y de manifestantes en otros países árabes salieron a la calle para protestar y manifestar su apoyo a quienes se han visto inmersos en la contienda.
En la ciudad cisjordana de Ramallah, hasta 3.000 palestinos se reunieron fuera de una mezquita tras el rezo del viernes y marcharon hacia la plaza central de Manara gritando eslóganes y ondeando banderas nacionales.
En la manifestación no se vieron banderas verdes que representan al grupo Hamas, pero la policía que vigiló con un gran operativo el transcurso de la manifestación, arrestó a quienes gritaron eslóganes a favor del grupo radical palestino Hamas, que combate contra Israel en la Franja de Gaza. Durante la reunión apenas se vieron banderas de su grupo rival, Al Fatah, del presidente Mahmud Abbas, y sí signos de unidad palestina, con una pancarta que decía 'Un pueblo unido contra la agresión israelí' o personas que gritaban que "se sacrificarían" por Gaza.

viernes, enero 09, 2009

La ONU claudica ante el horror


La ONU abandona, al matar Israel a uno de sus conductores y Cruz Roja denuncia
que el Ejército israelí vulnera la legalidad


09.01.09 - LAURA L. CARO
EREZ (FRONTERA CON GAZA). / AP

La agresión israelí a Gaza ha dejado de estar sujeta a cualquier ley de guerra. Y no sólo porque se cuenten ya setecientos muertos palestinos y un tercio de ellos sean civiles. En esta carnicería sin testigos, ha tenido que ser la Cruz Roja Internacional la primera en certificar el aterrador desprecio a que el Gobierno judío condena a los vivos de la Franja y la primera en alzar la voz para denunciar el incumplimiento por parte del Estado judío «de la ley internacional humanitaria para cuidar y evacuar a los heridos».
El miércoles, uno de los equipos de rescate de la Cruz Roja encontraba en el arrasado barrio de Zeitun, en Gaza capital, a cuatro niños pequeños junto a los cadáveres de sus madres. «Estaban demasiado débiles como para tenerse en pie por sí mismos». La organización había pedido poder entrar a esta zona que sabían masacrada cuatro fechas antes. Una vez allí, los soldados hebreos ni siquiera les permitieron acercar las ambulancias a las casas para evacuar a los dieciocho heridos y doce «extremadamente exhaustos» que les dio tiempo a localizar. Tuvieron que sacarlos hasta los vehículos en un «carro tirado por un burro».
El estremecedor testimonio consta en un informe inusualmente duro emitido ayer por Cruz Roja, el mismo día que la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa) suspendía todas sus operaciones en Gaza. Los militares hebreos asesinaron por la mañana al conductor de un camión «identificado con las siglas de la ONU» que viajaba Franja adentro, autorizado para entregar un cargamento de ayuda durante la presunta 'tregua humanitaria' de tres horas establecida por Israel. Era una tregua-trampa.
A mediodía, también eran tiroteados un turismo blindado y una ambulancia de la Unrwa, que ya ha perdido cuatro trabajadores en lo que va de operación y una escuela asaeteada a bombazos.
Las instituciones humanitarias, por lo que parece, empiezan a ser más que incómodas para Israel. Amnistía Internacional denunciaba ayer también que los militares judíos «están tomando las casas palestinas, forzando a las familias a permanecer en el suelo, mientras usan la vivienda como base y posición de francotiradores».
Pero todavía cabe esperar algo peor, a juzgar por las palabras del primer ministro hebreo, Ehud Olmert, que en una orgullosa visita a la división militar encargada de la operación en Gaza aseguraba que su Gobierno no ha pedido «aún al Ejército que haga todo cuanto sea necesario» en la Franja. «La decisión sobre cómo nos aseguramos de que la calma en el sur dure está todavía por llegar», proclamaba.

«Necesitaré psicólogo»

Es difícil imaginar qué guarda Israel en la recámara. «No paran de bombardear esta noche. Necesitaré un psicólogo cuando salga», escribía desesperada el miércoles a este diario desde el sur de la Franja Halima, la joven con pasaporte español que, junto a su madre María y su hermano de 2 años, ayer fracasaban por cuarta vez en el intento de ser evacuados de Gaza por el Consulado de Jerusalén. El ataque mencionado por Halima en Rafah, frontera con Egipto, ha sido considerado de los más terribles de esta operación.
El ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, insistía ayer en que examinan aún la propuesta de tregua franco-egipcia «para estar seguros de que se encamina hacia la realidad deseada». Sin embargo, Hamás rechazaba oficialmente el plan, advirtiendo de común acuerdo con otras nueve facciones palestinas que no ven en él «ninguna base válida para una solución aceptable».
El presidente galo, Nicolás Sarkozy, insistió ayer en sus esfuerzos mediadores telefoneando a su homólogo israelí, Simón Peres y al rey jordano. Mientras, el Senado de Estados Unidos aprobó unánimemente una resolución que respalda el «derecho inalienable» de Israel a defenderse.
Por otra parte, un portavoz del Ejército israelí anunció ayer la muerte de un segundo soldado hebreo en la franja de Gaza. El soldado formaba parte de una unidad de vehículos blindados y murió en un tiroteo con los palestinos en un sector situado en la parte norte de la franja de Gaza, explicó el portavoz. Otro militar también resultó ligeramente herido en ese tiroteo, agregó la fuente militar.
Previamente, un oficial israelí murió y otro soldado resultó herido en combates con militantes palestinos al norte de la ciudad de Gaza, según el portavoz. Con el nuevo muerto ascienden a nueve los militares israelíes muertos desde el comienzo de la ofensiva en la franja de Gaza, el 27 de diciembre.

jueves, enero 01, 2009

Con los mejores deseos para este Año Nueve


"NO PONGAS TUS SUCIAS MANOS SOBRE MOZART"
Manuel Vicent (Revista Triunfo, marzo de 1980)


“Ésta es la pequeña historia de una rebelión, el famoso caso de un tipo de izquierdas que el viernes, día 14 de marzo de 1980 se deshizo del propio terror psicológico de que sus amigos le llamaran reaccionario y le arreó seco bofetón a su querida hija de quince años, la echó de casa y se liberó de una vez del trauma de la paternidad responsable. El episodio fue el final de un complicado proceso neurótico y se desencadenó por un disco de Mozart, por una bobada, como siempre sucede.

La chica estaba en la leonera de su alcoba con unos amigos melenudos y una música de Led Zeppelín hacía vibrar las paredes maestras del piso. El padre estaba en la sala sentado en un sillón bajo la lámpara de enagüillas leyendo un informe del partido acerca de los índices del paro. Aquella panda de jovenzuelos llena de harapos, pulgas y metales del rollo había entrado en su casa sin permiso, había pasado varias veces por delante de sus narices sin dignarse esbozar el más leve saludo, le había manoseado sus libros, le había vaciado la nevera, se había limpiado las botas camperas en la alfombra de la Alpujarra, había dejado un hedor cabrío a su paso. Ahora estaban en la habitación de su hija espatarrados como tocinos bajo los posters de “Ché” Guevara oyendo a Led Zeppelín, a The Police o a The Snack, fumando porros y apurando la última cerveza. Aquella alcoba era una reserva en la que él, desde hacía un año, no se había atrevido a entrar. En aquel momento tenía la cabeza metida en el informe económico lleno de coordenadas catastróficas cuando su querida hija salió a la sala, se acercó a la estantería y pretendió llevarse a la madriguera la “Sinfonía número 40” de Mozart. El padre, de izquierdas, saltó del sillón impulsado por un muelle y lanzó un grito estentóreo: ¡Mozart, no!. ¡No pongas tus sucias manos sobre Mozart!. Y entonces se inició la escena final, en la que el padre se liberó de todos los traumas hasta alcanzar la propia libertad sobre el chantaje de sus hijos. Detrás había quedado un largo proceso de neurosis paterno-filial que acabó con una sonora bofetada.

El hombre tiene cuarenta y dos años y pertenece a la izquierda fina, quiero decir que es progresista con dinero, un economista colocado, con una biblioteca selecta de dos mil volúmenes, pintura abstracta en las paredes, carnet del partido anterior a la legalización con la cotización al día, piso de doscientos metros por los altos de Chamartín, un año de cárcel y ciertas mataduras de la represión franquista, educado en el colegio del Pilar, un marxista de vía chilena, buenos modales, deportista de ducha fría diaria y perfectamente alimentado ya desde el útero de su madre. Cuida mucho el envase, pero ama la libertad antes que nada. Tal vez su punto fuerte es la elegancia interior.

Este tipo nunca ha comprendido muy bien por qué la izquierda ha caído en la trampa de dejarse arrebatar ciertos valores; por qué un progresista debía vestirse de guarro, aunque sólo fuera para epatar; por qué la disciplina, la eficiencia, el método, el deporte y la limpieza eran aspiraciones asimiladas a la derecha; por qué el respeto social y la educación férrea no eran reivindicadas constantemente por los de su ideología. Cosas así. En los momentos de duda él pensaba que esto eran residuos de su herencia burguesa, de modo que se dejó llevar por la onda, consciente de que hay que hilar muy fino para que tus camaradas no te llamen reaccionario. Ese siempre sería el peor insulto.

Cumplió todos los ritos. Se casó en una ermita de pueblo con traje de pana. Fue de viaje de novios a Rumanía. Tuvo tres hijos y los llevó a un colegio progre, los educó para que crecieran sin traumas, los metía con él en la bañera, los paseaba por la ruta del románico, se dejaba insultar por ellos y así las tres criaturas fueron creciendo a la sombra de unos padres comprensivos que no osaron jamás dar por zanjada una discusión sin antes mostrarles todas las salidas, opciones, contradicciones del problema par que fueran ellos quienes tomaran la decisión según su responsabilidad. Ponerles la mano encima hubiera sido un escándalo para su propia alma, contestar con una negativa sin más apelación le producía un desgarro en su sensibilidad progresista. Y el chantaje iba engordando como un tumor.

Este buen padre de izquierdas ya había pasado porque sus hijos no se lavaran los dientes o ni siquiera se ducharan una vez a la semana, soportaba que le llamaran viejo con cierta naturalidad displicente, pasaba por alto aquella indumentario zarrapastrosa del vaquero con remiendos, la pelambrera de profeta nihilista, el hecho de que se fumaran un porro en la pocilga de la alcoba y que no lograron aprobar el curso. Ante todo había que contar con la presión social, ya se sabe que la juventud no encuentra salida, la sociedad está muy deteriorada, cada generación tiene sus ritos, sus mitos, sus formas de comportamiento y eso había que respetarlo. Imponer la voluntad a rajatabla no es más que una agresión. Después de todo, no es malo que toquen la guitarra o que oigan a Led Zeppelín.

Un buen día, el hijo mayor no volvió a casa por la noche. Había tenido un percance en el colegio y decidió huir a Ibiza. La Policía lo encontró en Valencia, cosa que sucede a menudo, cuando no se logra pasar el filtro del barco. Otra hija se fue a vivir con un rockero. Después de un tiempo, el buen padre de izquierdas logró reintegrarlos a las suaves ordenanzas del hogar, lleno de traumas, explicaciones, consideraciones, pláticas razonables, amabilidades y sesiones antipsiquiátricas con un diálogo siempre abierto. Que hagan lo que quieran, lo importante es que están en casa, que los angelitos no sufran, que desarrollen la personalidad, aunque sea tumbados en el catre todo el día.

Cada tarde, la alcoba de su hija se llenaba con una panda de amigos que traían una calaña bastante atroz. No era lo peor que pasaran por delante de sus narices y que no se dignaran saludarle, sino el olor a cabra que dejaban en la sala. Que se limpiaran las botas en la alfombra, que se abatieran sobre las estanterías y manosearan sus libros con las uñas sucias, que se le bebieran el whisky y que mearan si tirar de la cadena. El viernes 14 de marzo de 1980 fue un día histórico para este amigo mío, un tipo de izquierdas, padre de familia que se liberó de sus hijos. Y al mismo tiempo se sacudió el terror de que alguien le pudiera llamar reaccionario. Él estaba estudiando un informe del partido acerca de los índices del paro. El sonido de Led Zeppelín hacía vibrar las paredes maestras del piso. Fue cuando su hija salió de la leonera con el pelo grasiento y los dedos amarillos de nicotina, cruzó la sala, se dirigió a la biblioteca con la pretensión de llevar a sus compinches la “Sinfonía número 40” de Mozart. Mi amigo no sabe explicar bien qué dispositivo le hizo saltar. Otras veces también su hija le había llamado carroza. Pero en esta ocasión aquel hombre tan fino y progresista le arreó una bofetada, se lió a golpes contra todo dios y se deshizo el misterio. Echó de casa a patadas a aquella panda de golfos. Y hasta hoy. Mi amigo es un hombre de izquierdas ya liberado.”