Más golpes de estado que años de independencia para este pequeño país suramericano. Varias guerras desde entonces y todas perdidas. En la última, Perú y Chile se repartieron su salida al mar. Grandes recursos naturales en manos externas con el apoyo de la minoría blanca criolla, única en la gobernancia y en el expolio del propio país desde el XIX.
Cuatro presidentes en dos años. Una emigración masiva al exterior en este último tiempo; solo en España se calculan más de 300.000 bolivianos recién llegados. Un sesenta por ciento de la población, quechua y aymaras en su mayoría, al margen del Estado. Y ahora, por fin, llega uno de los suyos a la presidencia.
También tienen derecho al menos a la ilusión y a la esperanza. Pero no estoy yo muy seguro de esta posibilidad. Ya se encargarán los sectores más radicales de partir las piernas al nuevo presidente, convenientemente fomentados por los intereses económicos internacionales (¿qué papel jugará nuestra Repsol?).
Mal futuro veo para esta experiencia. O se echa en los brazos de Castro y Chávez con la enemiga total de EE.UU. o serán los suyos los que lo apeen. Véase Lula en el Brasil.
Lo siento por Xandra y tantas bolivianos que se están ganando la vida en nuestro país. Están muy ilusionados. Ojalá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario